Hay algo en el confetti que resulta alegre y contagioso. Sus colores o sus formas o el juego que da. No sé lo que es, pero el confetti es mejor que un antidepresivo: te pone de buen humor siempre. 

Cualquier tarde gris y aburrida que estéis por casa, sacad una bolsa de confetti. Vuestra tarde y la de vuestros peques cambiará al instante!! El otro día lo hicimos en casa y quiero mostraros lo bien que se lo llegaron a pasar Elna y Enzo. Yo creo que no entendían cómo no les reñíamos por tirarlo por el suelo, o por revolcarse ellos mismos en el confetti.

Un día es un día, verdad? Hoy aún queda algún trozo de confetti por el suelo, pero cuando lo veo sonrío y me acuerdo de aquella tarde.